De 100.000 parejas en España a finales del siglo XIX se pasó a unas 5.000 en el siglo XX, por lo que la primilla fue catalogada como especie en peligro de extinción por la legislación nacional. Actualmente, debido a su protección y a la colocación de nidales artificiales, este pequeño halcón ha mejorado su población en España. E algo más pequeño que el cernícalo común una longitud de 30-35 cm y envergadura de 60 a 67 centímetros con un peso de entre 120 y 145 g, todo ello en edad adulta. |
Además, en la parte superior de las alas, los machos de la primilla muestran una extensión de gris azulado variable en las coberteras grandes y medianas, teniendo la cola y el obispillo gris azulado sin barreado alguno, la cola, eso sí, con una ancha banda subterminal negra y una terminal clara y más fina. Los extremos de las alas, vistas desde arriba (primarias) son negras. Las partes inferiores (pecho y vientre) son de color ocre-crema claro (a veces con un ligero tinte rojizo), con manchas negras (muy finas y casi ausentes en algunos individuos, gruesas en otros) y la parte inferior de las alas es muy clara, muy poco densamente moteada de negro en las infracoberteras, y casi sin barreado apreciable en las plumas de vuelo, muy claras, casi blancas. En el borde inferior de las alas se observa una banda oscura difusa, especialmente visible en los extremos de las alas La primilla se alimenta de presas vivas, principalmente de insectos, |